domingo, 12 de junio de 2016

Silencio

Estoy acorralado entre dudas y un amor palpitante, cuando intento moverme parecen pesar más en mi cabeza que se va hundiendo cada vez más en una almohada incómoda y blanca de malas intenciones, cuando intento agacharme me saltan en la cara los insultos de las caras de los demás cuando nos miran, revolotean en mi nariz, me hacen estornudar y se ríen mientras me ahogo de frío en el pecho y calor en la cara; corren y saltan una vez más y me tiran la piel del rostro, me la desgarran, me hacen sangrar, me castigan poniendo todo en su lugar, para que nadie pueda ver mi cara magullada.
Estoy callado, como siempre, me dices que no me vaya, que te siga conversando de cosas triviales y que me siga quedando dormido encima de ti, sueltas una risa que mueve todo encima de mí, me aturde, me deja atónito. Te vuelvo a mirar cuando me recompongo, estás callado, te encuentro taciturno viéndome sin notar lo que te quiero decir, probándome hasta donde puedes llegar, para hacerme rabiar, para hacerme llorar. Y no es que no quiera deshacerme en gotas saladas, mi cara se deshace cada vez que lo intento, pero soy más desierto que río entonces y sólo duele por dentro, se va pudriendo, junto con todo lo demás que soy.
Te vuelvo a conversar sobre algo que nadie más te había contado y no me quieres responder. Ni tu cara tan desgastada por la tristeza me nota hablándote. No te quiero dejar pasar, pienso cuando te escribo en la madrugada envuelto entre notas sueltas de alguna canción. No me quieres dejar pasar, me pregunto cuando no te interesa más que decirme cuanto estás no pensando en aquello. Suelto una risa, media loca que se va haciendo eco cuando me doy cuenta lo irrisorio de mi situación, cuando ya no me dices que te siga conversando las cosas triviales, cuando no quieres que te cuente las cosas que me pasaron en el día. De nuevo, estoy callado, tanto que ya ni me escuchas más, ni de día ni de noche. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario